Hoy hablamos de uno de los temas que más oímos en nuestra consulta: la lectura.
Más concretamente, el comentario más común: “se pierde cuando lee”.
Y es que una de las primeras conversaciones con los padres es:
¿Qué tal la lectura de tu hijo?
“Un sufrimiento. Se salta líneas, palabras, no comprende lo que lee…”
Esa es una de las frecuentes contestaciones. Las caras son un poema, ya nos contestan con sus gestos. Realmente es un sufrimiento, tanto para los padres como para ese niño.
Queremos que entiendas cómo puede afectar la visión en esas pérdidas de líneas cuando está delante de un libro.
Lo primero que tienes que recordar (ya lo sabes de otros post 😉): “La visión es mucho más que ver bien de lejos, se deben examinar todas las habilidades visuales”. Y este es el mejor ejemplo, si se pierde al leer… ¡tenemos que saber cómo se mueven sus ojos durante la lectura!
Es lógico y sencillo. En ocasiones, los padres piensan que puede ser por un problema de atención, de concentración o cualquier otro problema pero, ¿sabemos cómo se está moviendo los ojos? ¿Y si está saltando líneas porque no tienen un control de sus ojos? Puede ser la causa, ¿no?
Entremos un poco más a fondo.
Existen unos movimientos de los ojos que se llaman sacádicos.
Estos movimientos son los que más utilizamos a lo largo del día. Su misión es ir rápidamente de un objeto a otro, en este caso de una palabra a otra o de una línea a la siguiente.
Estos movimientos tienen que ser precisos, exactos y controlados, para que un niño pueda ir, sin perderse, de una línea a otra de un texto. Si son incorrectos, necesitará leer con el dedo, mover la cabeza para acompañar la lectura o simplemente se pierde cuando lee.
¿Y cómo se pueden examinar esos movimientos?
Existen diferentes métodos. La última tecnología para estudiarlos es el “eye-tracker”.
Consiste en una herramienta que analiza cómo se están moviendo los ojos mientras está leyendo. Es decir, se presenta un texto, se coloca esta tecnología y nos dice si sus ojos van correctamente o se está perdiendo a lo largo de ese texto. ¿Interesante? Cuando lo empezamos a usar, pensamos que sería una revolución. Y seguimos pensándolo. Hablaremos de él, en otro post.
Pero para muchos padres, lo más interesante no es detectar el problema, es solucionarlo. En eso, estamos de acuerdo. ¿Cómo lo trabajamos?
Para ello tenemos que hacer unos ejercicios visuales, una terapia visual personalizada y programada después de hacer un diagnóstico completo. El objetivo es que ese niño controle sus ojos y, si el problema viene de su visión, mejorar la lectura.
¿Sigues diciendo que tu hijo se pierde cuando lee?
Comprueba el estado de su visión, no sólo cuánto ve.
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